Luna Nueva en Acuario

Esta Luna Nueva en Acuario, nos encuentra con el desafío de Isis, como tema elocuente de la necesidad de encontrar un puente entre lo científico y nuestras creencias. Cuanto más nos alejamos de la Ciencia, más nos creemos los que nos cuente algún personaje más o menos elocuente y carismático, sin que tengamos la necesidad de comprobar si lo que dice es verdad o no. Simplemente le creemos y repetimos lo que nos dice a los demás. Nuestra necesidad de relegar, de conectar a través de nuestras creencias nos continua llevando a la guerra. Tiene que haber alguna forma más constructiva de conectar con lo Divino, que es la necesidad humana más básica, después de sobrevivir y perpetuar la especie. Nuestra necesidad de encontrar Dioses que nos liberen de esta sensación de insignificancia, cuando tomamos consciencia de la fragilidad, la poca duración y lo poco relevante de una vida humana, no importa lo que se haya hecho en la vida. Es al conectar con lo divino que nuestro sentido de continuidad comienza a dar forma a una vida con más significado y propósito. De aquí a apropiarse de Dios y pensar que el de mi religión es “El Dios” y los demás están equivocados, hay un abismo. Por tanto al respetar el Misterio que nos propone Piscis estamos respetando a este gran Misterio que llamamos Dios. Júpiter desde Leo forma un Yod a Quirón en Piscis y a Plutón en Capricornio, como si quisiera decirnos que la forma de encontrar alguna solución a estos conflictos de creencias radica en los líderes y el Establecimiento de las religiones en guerra en este momento, y también como lo expresa Plutón, en las negociaciones financieras que echan más leña al fuego. La energía del Cosmos es de Amor. No debemos olvidar que todos estamos en este mismo barco llamado Tierra y además de ser el único barco que tenemos, es de una belleza infinita. Quizás el secreto para encontrar el puente entre lo Acuario y lo Pisciano, es que no se necesita puente, pues todos somos Todo y si aprendemos a escuchar nuestro interior, nos daremos cuenta que ni siquiera necesitamos lo Divino, pues la conexión ya está hecha desde que nacemos.